La rentabilidad de la Inversión Socialmente Responsable

El mundo de la inversión y el entorno financiero han sido clasificados como elementos ajenos a principios como la ética, el medioambiente o el interés social, dado que se consideraban que tales principios no lograban maximizar rentabilidades, que eran inviables o que tenían límites en diversidad, estigmas que han sido demostrados erróneos.

 

Desde inicios de año 2002, la demanda de un tipo de producto que, a parte de un objetivo de rentabilidad lograse seguir criterios acordes a principios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG), ha ido en aumento tanto en volumen como en oferta, surgiendo así la denominada Inversión Socialmente Responsable (ISR). Es por tanto, un tipo de inversión que considera tanto criterios financieros, como criterios no financieros en los procesos de análisis y toma de decisiones de inversión, sin tener por ello una menor rentabilidad.

 

Se trata de un producto de gran interés y cuya relevancia ha sido creciente, dado su doble cumplimiento de criterios: en rentabilidad y de principios ASG. Prueba de ello, es el estudio publicado por SPAINSIF, entidad especialista en los productos ISR. Tal estudio muestra el crecimiento en España desde el año 2002, en el que el mercado ISR contaba con 80 millones de euros bajo gestión, creciendo progresivamente tanto en volúmenes como en calidad, hasta alcanzar la cifra de los 169.359 millones de euros al cierre del ejercicio 2015.

 

Por otro lado, el crecimiento de este tipo de productos, dentro de la propia industria de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones es muy notorio, como se observa en el siguiente gráfico:

 

Desde EBN Banco, ofrecemos amplia variedad de productos ISR entre los que destacan:

 

 

Foto: VIKTOR HANACEK, Picjumbo.