Novedades en pensiones vs situación actual

Desde que en 2012 se empezara a utilizar el fondo de las pensiones que por aquel entonces rondaba los 70.000 millones de euros, el sistema de pensiones ha necesitado tirar de esa hucha todos los años para poder abonar las pagas extra de Navidad y verano a más de ocho millones de pensionistas.

 

Esto ha provocado que en la actualidad no haya nada en dicho fondo.

 

Debido a esto, hace unos días hemos conocido el anuncio que hizo la Ministra de Empleo y Seguridad Social Fátima Báñez, según el cual se va a permitir que los trabajadores con más de 35 o 40 años de cotización que empeoren sus  cotizaciones estando cerca de la jubilación, puedan calcular su pensión con toda su vida laboral en lugar de los últimos 21 años como fija la ley (25 años a partir de 2022).

 

Hasta ahora, como sabemos nuestro sistema de pensiones es contributivo, es decir, según lo aportado a la Seguridad Social durante la vida laboral, será lo que recibamos en la jubilación. Hasta ahora el periodo mínimo para recibir una pensión contributiva es de 15 años.

 

Cuantos más años se cotice, mayor será el importe recibido.

 

Entonces, ¿cómo afecta la medida anunciada por la Ministra Báñez a los futuros pensionistas?

 

Si tenemos en cuenta el modelo actual, donde empezamos nuestra vida laboral con salarios modestos y donde vamos mejorando con el tiempo, ampliar el número de años trabajados hará que la cuantía final de la pensión sea menor ya que entran “esos” años con salarios bajos y por tanto menores cotizaciones.

 

Ahora bien,  nos podemos encontrar con el caso en el que a un trabajador le echen al final de su vida laboral y tenga que buscar un trabajo en el que la remuneración sea menor al último disfrutado. En este caso, ir hacia atrás en los años cotizados, mejoraría la pensión final porque incluiría en el cálculo años con mejores cotizaciones que las de los últimos años cotizados tras ser despedido.

 

Además, según la propuesta de la Ministra, el trabajador tendría la posibilidad de eliminar de este cálculo los cuatro o cinco peores años de cotización de su vida laboral, con lo que esto contribuiría también a mejorar la cuantía final.

 

Otra medida en estudio es que para intentar prolongar la permanencia en el mercado de trabajo, el Gobierno también ha planteado que las personas que lo deseen puedan hacer compatible el cobro de la pensión con la continuidad laboral, si siguen activos después de la edad de jubilación. Este año está en 65 años y seis meses.

 

Por otro lado, tenemos también las propuestas de los partidos de la oposición ¿qué alternativas proponen?

 

El PSOE y Podemos plantean subir los impuestos a la banca para hacer frente a las pensiones. Unidos Podemos propuso, en el Congreso de los Diputados, subir un 10% el Impuesto de Sociedades que pagan los bancos sobre sus beneficios, con el fin de recaudar cerca de 5.800 millones de euros en cinco años. Entre los objetivos de la propuesta, están la financiación de las pensiones y de la prestación de dependencia. Por su parte, el PSOE además de imponer un impuesto a la banca, propone otro a las transacciones internacionales, la llamada tasa Tobin, para ayudar a financiar los sistemas de protección social. Los socialistas también reclaman la derogación del índice de revalorización del 0,25% de las pensiones para volver a ligarlo a la evolución del IPC, así como del factor de sostenibilidad.

 

Precisamente otro desafío al que los pensionistas se tendrán que enfrentar es el factor de sostenibilidad. Este es uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en España. Se aplicará a partir del año 2019 y viene a añadir nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados, la cuantía cotizada, etc. Desde su entrada en vigor, se tendrá en cuenta al calcular la primera pensión de jubilación de los nuevos jubilados, su esperanza de vida en dicho momento. A esto se le conoce como factor de equidad intergeneracional y es la primera variable. El FEI se revisará cada 5 años en función de la evolución de la esperanza de vida.

 

Foto: Matthew Bennett. Unsplash.