Ahorro para grandes gastos: claves financieras

Como sabemos, ahorro e inversión van de la mano. El primero es fruto del segundo, es uno de los objetivos que debemos marcarnos a la hora de invertir.

 

Relacionado con ello, surge la necesidad de planificar el futuro. ¿Cómo tenemos que distribuir nuestros ahorros hoy de cara al mañana?

 

A pesar del esfuerzo que pueda suponer dedicar una parte de los actuales ingresos a asegurar el bienestar futuro, el empezar cuanto antes es de vital importancia, ¿Por qué es así?

 

Debido a que contamos con un poderoso aliado, la capitalización compuesta. Por ello cuanto antes empecemos a ahorrar mayor será el apalancamiento.

 

Cuando nos encontramos ante un desembolso importante al que hacer frente dentro de un plazo de tiempo determinado (una inversión inmobiliaria, la universidad de nuestros hijos, capital para acometer un negocio, etc.) es imprescindible establecer un objetivo específico que nos sirva de referencia para planificar adecuadamente nuestro ahorro y ser capaces de afrontarlo en condiciones óptimas.

 

A diferencia de la planificación para la jubilación o el incremento genérico del patrimonio, este objetivo lleva aparejado un horizonte temporal definido y conocido para la disposición del capital. Ello condicionará el nivel de riesgo que debemos asumir, que necesariamente ha de ser más conservador, disminuyendo a lo largo del tiempo a medida que se acerca el momento de disponer del capital objetivo.

 

En la siguiente imagen podemos ver que, a mayor ganancia anual potencial, mayor es el riesgo que debemos asumir, si bien a largo plazo los resultados tienden hacía la media. Por lo que cuanto mayor es el plazo de nuestra inversión, mayor es la posibilidad de cumplir nuestro objetivo.

Una adecuada planificación para afrontar un gasto futuro es relativamente sencilla si se programa con tiempo suficiente. Definir correctamente el nivel de ahorro necesario mediante las aportaciones en los períodos fijados (mensual, trimestral, etc.) es clave para alcanzar el objetivo propuesto.  El factor tiempo determinará y modulará el nivel de riesgo que deberá asumir su cartera.

 

Veámos lo anteriormente comentado con un ejemplo:

Imagine que acaba de tener un hijo y ya está pensando en destinar una parte de sus ahorros para cuando sea mayor y vaya a la universidad. Para ello, supongamos que cuenta con unos ahorros iniciales de 20.000 euros y desea en un plazo de  10 años llegar a una cantidad final de 100.000 euros.

 

Los resultados del ejemplo anteriormente comentado arroja los siguientes resultados:

Partiendo de un perfil muy decidido, esto significa que de nuestras inversiones esperaríamos obtener una rentabilidad anual media del 6%, tendríamos con un capital inicial de 20.000 euros que aportar 390 euros al mes durante 10 años para llegar a la cifra final de 100.000 euros.

Lo vemos en el gráfico.

Si nuestro perfil no fuera tan arriesgado, un perfil moderado, nuestras inversiones deberían rentarnos una media de un 4,3% al año. Para dicha rentabilidad esperada anual, la cifra mensual a aportar se vería incrementada hasta los 466 euros para obtener la cifra final de 100.000 euros.

En EBN Banco, le damos vital importancia a la planificación y a la inversión basada en objetivos. Al fin y al cabo, la única manera que hay para alcanzar un objetivo es, en primer lugar, definirlo. Establecer un propósito para cada inversión, puede ayudarle a optimizar sus ahorros y asegurar que cumple sus objetivos. En EBN Banco podrá planificar cuantos objetivos desee y hacer sus propias simulaciones en nuestro Planificador Financiero