De forma esquemática y simplificada, invertir no es más que destinar un determinado capital a un proyecto o negocio con la expectativa de obtener una cierta ganancia a cambio. Pero la realidad de este ámbito es inmensamente más compleja. De hecho, existen tantos tipos de inversión casi como personas en este mundo, dado que, llevando cada aspecto hasta su última ramificación, así como añadiéndole o quitándole determinados detalles o flecos, puede lograrse una enorme multiplicidad de combinaciones.

Gastar, ahorrar o invertir

 

Cuando uno posee o tiene acceso a un cierto dinero -para invertir no siempre son necesarias grandes cantidades- puede optar por distintos caminos. Por supuesto, de entrada, cabe la posibilidad de mantenerlo, ya sea bajo el colchón o en el banco (siendo más recomendable la segunda idea). Además, puede gastarlo o acumularlo para conseguir ahorrar. También puede invertirlo con la esperanza -más o menos realista- de sacarle rendimiento.

 

Por lo tanto, inversión es el acto de dedicar un montante económico limitado a un producto, a un activo, a una empresa, a un proyecto o a un vehículo financiero, pudiendo también ser encomendado a la gestión de un segundo, con el objetivo de lograr un beneficio, que generalmente consiste en incrementar la cantidad inicial en mayor o menor medida. En otras palabras, aunque dependerá del horizonte temporal de la apuesta, invertir supone, en un primer momento, renunciar de forma momentánea a ese capital que se tiene.

 

Elementos de una inversión

Esa definición sobre qué es inversión -que resulta tan válida como muchas otras- implica que en las operaciones de inversión hay un emisor (el inversor), un capital (la cantidad elegida), un activo por el que se apuesta (un inmueble, las acciones de una compañía, oro, etc.) y una expectativa de beneficio más o menos cierta.

 

Aspectos clave de una inversión

Siendo ésos los elementos más básicos en las operaciones de inversión, hay otras cuestiones que se deben tener en cuenta:

 

  • -Situación personal en el momento de invertir: edad, posición socioeconómica y familiar, capacidad de generación de ingresos y de ahorro, etc.

 

 

  • -Los compromisos financieros periódicos, es decir, los gastos habituales, tales como el alquiler de la vivienda o la hipoteca que paga cada mes por la misma.

 

  • -Importe de la cantidad que desea dedicar, considerando que lo ideal es que se trate de un montante no necesario para su día a día.

 

  • -El horizonte temporal de la inversión es igualmente fundamental, tanto al analizar cuánto tiempo quiere el emisor mantener el capital inmovilizado como la capacidad financiera con la que cuenta para hacerlo. La división clásica señala tres peldaños: a corto plazo (desde horas o días a un año), a medio (entre doce meses o dos años hasta cuatro o cinco ejercicios) y a largo (que suele ir más allá del lustro). En ese sentido, aquí le mostramos cómo rentabilizar los ahorros a través de inversiones a largo plazo.

 

  • -¿Cuál es el objetivo de rentabilidad, qué expectativa de rendimiento tiene el inversor en mente?

 

  • -¿Desea hacer el viaje por su cuenta o acompañado (de la mano de un profesional)? A pesar de que existen inversores experimentados y con el conocimiento suficiente para ‘volar por sí mismos’, una gran mayoría puede salir beneficiado de contar con un asesor financiero especializado. Incluso si se trata de alguien que ya ha invertido por cuenta propia, nunca está de más un consejo profesional. De hecho, en un perfil de esas características, con cierto bagaje acumulado, puede ser más bien un simple acompañamiento, siendo el inversor el que toma las decisiones finales tras escuchar a su asesor. Aquí analizamos 10 ventajas de contar con asesoramiento financiero al invertir.

 

  • -¿Qué riesgo está dispuesto a asumir a cambio de esos beneficios?

 

Estos datos servirán para una primera toma de contacto con la inversión, aunque todavía no permitirán saber exactamente qué productos de ahorro e inversión son los más adecuados.

 

¿Cuál es su perfil de inversor?

 

Ese último punto cobra especial relevancia -aunque la respuesta a cualquier inversión debe salir del conjunto de los temas mencionados- porque no todas las personas poseen la misma capacidad y resistencia para soportar la presión ni tampoco el conocimiento ni la experiencia para desenvolverse con soltura en los mercados. Grosso modo suelen distinguirse tres perfiles de inversor:

 

  1. 1.Arriesgado, que es aquel que controla el mundo financiero y apuesta por altas rentabilidades estando dispuesto a asumir pérdidas.

 

  1. 2.Conservador, el más habitual y cuya prioridad es mantener el capital invertido, a pesar de que las ganancias puedan ser menores.

 

  1. 3.Moderado, a medio camino entre los dos anteriores.

 

¿Qué pasos debe dar antes de decidir sobre una inversión?

 

Más allá del concepto de lo que es inversión y de los elementos que le dan forma, los pasos recomendables para adoptar una decisión en sus operaciones de inversión son los siguientes.

 

  • -Definir los objetivos de inversión, es decir, la finalidad de la operación, el plazo de la maniobra y el riesgo que desea asumir.

 

  • -Buscar un intermediario, que, en todo caso, debe estar adscrito a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Nunca está de más hacer la comprobación pertinente antes de operar con la entidad, sobre todo si no conoce al intermediario, en la oficina de atención al inversor de la CNMV.

 

  • -Elegir el producto. La variada, extensa y creciente gama de productos financieros que existe a día de hoy proporciona alternativas para cualquier perfil de inversión, tal y como ya se ha apuntado. En cualquier caso, según recomiendan los expertos del citado organismo supervisor, debe considerar los aspectos que figuran a continuación.

 

    • *Resulta imprescindible comprender las características y los riesgos del producto antes de su adquisición.

 

    • *No es aconsejable invertir en activos que no entiende.

 

    • *El grado de complejidad de los vehículos financieros suele ir en paralelo al riesgo que conllevan.

 

    • *De operar con una entidad financiera común o con un asesor especializado independiente, ambos deben explicarle las características del producto que le ofrece o que usted solicita, haciendo especial hincapié en los riesgos. “Deben proporcionarle información escrita con anterioridad a su decisión de inversión para que pueda tomar ésta con conocimiento de causa”, apostillan desde la CNMV

 

  • -Seguimiento de las inversiones. Como cualquier producto, financiero o no, las circunstancias de una inversión pueden no ser las mismas al principio que un tiempo después. De hecho, aquéllas pueden cambiar a lo largo del horizonte temporal en todas las operaciones de inversión. Por ello, es recomendable vigilar la evolución de la inversión, comprobando si la rentabilidad y los riesgos se mantienen en rangos aceptables. Ese seguimiento es evitable si se cuenta con un asesor financiero especializado que lo haga en nombre del inversor.

 

En último lugar, aunque sea como planteamiento general, le aconsejamos que recuerde las siguientes claves:

 

  • -La relación entre rentabilidad y riesgo mejora cuanto mayor es el horizonte temporal.

 

  • -A mayor riesgo, más tiempo y dedicación deberá destinar al seguimiento de sus maniobras (salvo que cuente con los servicios de un asesor independiente en sus operaciones de inversión, como ya se ha señalado).

 

Tampoco debe olvidar cuestiones clave como el coste de cada producto. Las comisiones juegan un papel clave, especialmente a largo plazo. Una opción es buscar productos como los fondos de inversión donde estos costes pueden ser por gestión o estar ligados al éxito del gestor. En otras palabras, pagar cuando hay beneficios. Así es como funciona el Fondo Sinycon Valor.