Principales ratios que hay que conocer antes de contratar un Fondo de Inversión
Antes de entrar en materia, en lo que a ratios se refiere, resaltar que todo Fondo de Inversión está referenciado a un benchmark. Es su índice de referencia, la prueba que tenemos para saber si el fondo lo está haciendo “bien” o lo está haciendo “mal”.
Si lo supera, estaríamos hablando de un buen fondo que cumple con la primera exigencia que se le pide a todo fondo para contratarlo.
Entramos ahora en los ratios técnicos que debemos conocer y que vienen reflejados en el folleto de todo fondo de inversión:
1. La volatilidad: realmente, el ratio se denomina desviación estándar o desviación típica con el que obtenemos la volatilidad o variabilidad de las rentabilidades, de esta forma medimos el riesgo total de un activo ya sean diarias, semanales o mensuales. Es la medida más común del riesgo.
Lo que mide es la manera en que la rentabilidad del fondo se ha desviado de su media histórica. Si este ratio es alto, significa que las rentabilidades del fondo han experimentado fuertes variaciones. Si es bajo, implica que las rentabilidades han sido muy estables.
La volatilidad depende de los mercados, del tipo de activo y en la renta fija del vencimiento de los activos, por lo que para comparar la volatilidad de los fondos debemos fijarnos en que pertenezcan a la misma categoría. Los fondos monetarios se caracterizan por tener una baja volatilidad, los de renta fija dependiendo de si están invertidos en renta fija a corto o a largo y los fondos de renta variable son lógicamente los que más volatilidad tendrán al estar más expuestos al movimiento del mercado.
2. Ratio de Sharpe: relaciona la media y la desviación estándar del diferencial de rentabilidad de un fondo con respecto a los activos libres de riesgo, de forma que indica la rentabilidad adicional que se obtiene por unidad de riesgo total asumida. Cuanto mayor es el Ratio de Sharpe, mejor es la rentabilidad del fondo en relación a la cantidad de riesgo que se ha tomado en la inversión.
3. Beta: es una medida de la sensibilidad del fondo o de una acción a los movimientos del mercado. Distinguimos si:
β<1 significa que el valor es menos volátil que el mercado. Por ejemplo, si la beta es 0,40 significa que si el mercado cae un 3%, el valor solo caerá un 1,20%.
β=1 significa que el valor concreto que estamos analizando se comporta igual que el mercado. Por lo que tendrá asociada una rentabilidad equivalente a la que obtiene el índice de referencia, estando totalmente correlacionado con el mercado.
β>1 significa que el valor es más volátil que el mercado, de modo que amplifica los movimientos del mercado. Si la beta es 1,5 y el mercado cae un 3%, el fondo caerá un 4,5%, amplificando los movimientos del mercado.
Iguales comportamientos para subidas de mercado.
4. Alfa: el alfa muestra la rentabilidad adicional que obtiene una determinada cartera con respecto a su índice de referencia. Es decir, mide la diferencia entre la rentabilidad actual de una inversión y su rentabilidad esperada, dado un nivel de riesgo determinado por la beta. Si:
α>0 significa que la rentabilidad real obtenida por la inversión ha superado la rentabilidad esperada.
α<0 significa que el rentabilidad real obtenida por la inversión ha sido inferior a la rentabilidad esperada.
5. Ratio de información: es una medida estadística que muestra la influencia que ha tenido un gestor en la rentabilidad del fondo en comparación con el comportamiento del mercado. Así, este ratio mide la rentabilidad extra obtenida por el fondo como consecuencia de la habilidad del gestor en relación con el mercado.
Cuanto mayor sea el ratio de información de un fondo mejor, pues es señal de que el riesgo adicional en el que está incurriendo el gestor está recompensado con una mayor rentabilidad.
6. Tracking error o error de seguimiento: es una medida de volatilidad que indica cuánto se ha desviado la rentabilidad de una cartera de valores con respecto a la de su índice de referencia o benchmark. El logro de una rentabilidad adicional a la del benchmark puede ser debido al azar o a la habilidad de los gestores. En este último caso, la separación respecto del benchmark debería ser estable y no presentar muchas oscilaciones.
Cuanto más alto sea el error de seguimiento, más activo será el fondo de inversión y más se desviará el gestor de la composición del índice.
7. Gastos corrientes: porcentaje de reducción anual en la rentabilidad del partícipe producido por los gastos fijos operativos si los mercados permanecieran planos y el fondo mantuviera su cartera sin operar durante un periodo. Representa la influencia en el comportamiento de un fondo, de los gastos en los que incurre, teniendo en cuenta no solo los gastos de gestión y depositaría, sino además otro tipo de gastos como son los de auditoría, administración y distribución.
Foto: VIKTOR HANACEK, Picjumbo.
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